Después de que un almacén del museo local sufre un incendio, Grove, el director del mismo, y su ayudante Pimm, lo encuentran todo destruído. Sólo una estatua ha salido misteriosamente indemne. En apenas unos instantes, Grove es hallado muerto. Pimm descubre que la estatua está maldita y que resistirá cualquier intento que se haga para destruirla, así que decide utilizarla para sus propios fines.